Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados: Temporada de incautaciones en medio de un sospechoso silencio internacional
Con instrucciones directas de los líderes políticos del estado ocupante, las decisiones y las órdenes de confiscación y la toma de territorio palestino ocupado se están acelerando gracias a la parcialidad estadounidense que ayuda a la potencia ocupante como una oportunidad para completar los procesos de captura y anexión de la Cisjordania ocupada, cerrando así la puerta a cualquier posibilidad de un estado palestino viable y soberano. La más reciente de estas decisiones fue la confiscación de 129 acres de tierra en las aldeas de Al-Dhahiriya y Al-Samou, al sur de Hebrón. Las fuerzas de ocupación israelíes confiscaron 2.000 acres de la aldea de Al-Jaba'a, al suroeste de Belén, 243 acres de Surif, al noroeste de Hebrón, y 66 acres de Beit Duqqa, al noroeste de Jerusalén así como 150 acres de tierras de Beit Liqya al oeste de Ramallah, además de los continuos ataques por parte de los colonos a los agricultores palestinos y el vertido de cultivos con aguas residuales, como ocurrió en el suroeste de Belén, todos estos sucesos son utilizados como instrumento por varios pilares de la derecha para imponer la soberanía y la ley israelíes en muchas áreas de Cisjordania ocupada.
El ministerio expresó su agradecimiento por la declaración de la UE sobre las confiscaciones de ayer y se pregunta: ¿Qué pasa con las confiscaciones de hoy? ¿Qué pasa con las confiscaciones de mañana y de pasado mañana? Está claro que la Unión Europea cree que al emitir esta declaración se exime de la responsabilidad de rendir cuentas en virtud del derecho internacional. También incluye todas las agrupaciones regionales sin excepción, y requiere reacciones acordes a la dimensión de este grave evento, por parte de todos los países del mundo. La pretensión actual de la potencia ocupante es eliminar la posibilidad de establecer un estado palestino al acelerar la confiscación de cientos o incluso miles de acres en áreas clave de Cisjordania, descartando así la solución de dos estados. Estas precipitadas medidas israelíes para confiscar la tierra palestina reflejan un terrible esquema colonialista fascista liderado por la potencia ocupante con la plena complicidad de los Estados Unidos de América, que proporciona a la potencia ocupante no solo apoyo y aliento, sino también protección e inmunidad de responsabilidad, lo que hace de esta administración un socio frente al crimen que se comete diariamente contra el pueblo palestino. El silencio de la comunidad internacional y su temor a ejercer críticas a la potencia ocupante convierten también a la comunidad internacional en un socio de dicho crimen. Lo que se requiere para avergonzar a este estado es que las organizaciones de derechos humanos, la sociedad civil y los partidos, denuncien su silencio ante este crimen y resalten su parte de responsabilidad en lo ocurrido. Los medios también deberían destapar el estado de protección que la administración Trump brinda a estos crímenes diarios contra nuestra gente, sus tierras, sus lugares sagrados y sus propiedades. La pretensión actual de la política de la potencia ocupante es liquidar la causa palestina y evitar el establecimiento de un estado palestino independiente y viable en las fronteras de 1967 y Jerusalén Oriental como su capital. Esto es lo que la ocupación está a punto de conseguir. ¿Que estamos haciendo?